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En la era digital, adaptarse ya no es una opción: es una obligación. Empresas de todos los sectores han tenido que repensar sus modelos de negocio para sobrevivir y crecer.
En Latinoamérica, uno de los casos más interesantes y admirables es el de Yanbal, la reconocida empresa de belleza y cosméticos que pasó de depender casi por completo de la venta por catálogo y consultoras independientes, a convertirse en una potencia digital con una estrategia de e-commerce sofisticada y efectiva.
Este artículo es una inmersión en su viaje de transformación digital. Te contaremos cómo lo hicieron, qué herramientas adoptaron, qué retos enfrentaron y qué podemos aprender de una empresa que supo reinventarse sin perder su esencia.
Fundada en Perú en 1967 por Fernando Belmont, Yanbal (antes conocida como Yanbal International) se posicionó rápidamente como una empresa líder en venta directa de productos de belleza, joyería y cuidado personal.
Su modelo era simple y efectivo: una red de consultoras vendía puerta a puerta usando catálogos impresos. Durante décadas, este sistema les permitió crecer de manera exponencial en países como Colombia, Bolivia, Ecuador y Estados Unidos.
En una época en la que las redes sociales no existían, y el acceso a internet era escaso o nulo en muchos hogares, el modelo de Yanbal era perfecto: descentralizado, basado en la confianza, en la experiencia entre mujeres, y en la fuerza del contacto humano.
Las consultoras no solo vendían productos, sino que también construían relaciones, fidelizaban clientes y tejían redes de recomendación que impulsaban el crecimiento exponencial de la marca.
Sin embargo, como todo modelo basado en interacción presencial, también enfrentaba limitaciones inherentes: barreras geográficas, demoras en el proceso de pedido y entrega, catálogos impresos que caducaban rápido, y una alta dependencia del tiempo y la energía de cada consultora.
Con el cambio de hábitos del consumidor y la digitalización del comercio, el modelo empezó a mostrar fisuras. Las nuevas generaciones ya no querían esperar semanas por un pedido.
Querían comprar desde el celular, recibir rápido y tener una experiencia personalizada, con seguimiento, promociones automáticas y recomendaciones basadas en sus preferencias.
Mientras otras marcas del sector belleza nativas digitales comenzaban a ganar terreno (como Glossier, The Ordinary o incluso el empuje de grandes marketplaces como Amazon o Mercado Libre), Yanbal se enfrentaba a una encrucijada estratégica: adaptarse o quedar relegada.
Según datos de Statista, más del 60% de las compras de productos de belleza en América Latina ya se realizan online o están influenciadas por contenido digital. Este cambio de paradigma no podía ser ignorado por Yanbal.
Fue así como en 2019, la compañía inició una transformación radical: pasar de un modelo 100% offline a un modelo híbrido donde el e-commerce, las redes sociales, la tecnología y el marketing digital fueran protagonistas.
La decisión no fue sólo tecnológica, sino también cultural. Supuso cambiar el paradigma desde dentro, invertir en formación, en herramientas, en alianzas tecnológicas y sobre todo, en una nueva manera de entender al consumidor moderno.
Un consumidor más informado, más impaciente, pero también más leal cuando siente que la marca lo acompaña de verdad.
Lo primero que hizo Yanbal fue comprender que digitalizar no es solo tener una tienda online. Es rediseñar toda la experiencia del cliente, desde el descubrimiento hasta la recompra.
Requiere repensar los procesos internos, capacitar a los equipos, rediseñar el modelo de negocio y, sobre todo, poner al cliente en el centro de todas las decisiones.
El cambio no comenzó con tecnología, sino con una declaración cultural: "Queremos estar donde esté el consumidor actual". Eso significó migrar de un enfoque de producto a un enfoque de experiencia, donde cada punto de contacto digital se percibe como una extensión de la marca.
Yanbal puso en el centro de su estrategia al consumidor digital. No se trataba solo de vender online, sino de crear un ecosistema que permitiera descubrir la marca, comprar con facilidad, y quedar tan satisfecho como para volver a hacerlo:
Creó plataformas propias de e-commerce en cada uno de los países donde opera, adaptadas a los gustos y particularidades logísticas de cada mercado.
Lanzó apps personalizadas para consultoras y clientes, permitiendo una experiencia mobile amigable, intuitiva y con funcionalidades como historial de compras, recomendaciones personalizadas y notificaciones con ofertas segmentadas.
Implementó logística ágil, incluyendo alianzas con operadores locales, opciones de pago integradas (como PSE, Yape, Nequi, etc.) y sistemas de rastreo que le dan al cliente transparencia y confianza.
Rediseñó sus procesos de atención al cliente, integrando canales como WhatsApp Business, chats en vivo y asistentes virtuales.
Este enfoque no solo mejoró la experiencia de compra, sino que abrió nuevos canales de adquisición y fidelización, fundamentales para escalar en el entorno digital.
Una verdadera transformación digital no se construye sin datos. Yanbal lo entendió y decidió invertir fuerte en tecnología para entender a profundidad el comportamiento de sus usuarios y mejorar la toma de decisiones:
Utilizó herramientas como Salesforce, HubSpot y Google Analytics para medir la eficacia de sus campañas, detectar patrones de compra, identificar segmentos valiosos y optimizar la inversión publicitaria.
Automatizó procesos de marketing y ventas, como flujos de email marketing personalizados, mensajes de recuperación de carritos abandonados, seguimiento postventa automatizado y remarketing en redes sociales.
Desarrolló motores de recomendación basados en machine learning que sugieren productos complementarios o favoritos según el historial de compra de cada usuario, replicando lógicas similares a las de Amazon o Mercado Libre.
El resultado fue una marca mucho más proactiva, más predictiva y mucho más alineada con las necesidades reales de sus clientas.
Además, todo esto permitió que Yanbal pudiera segmentar mejor sus audiencias, generar campañas específicas por grupo etario, nivel de fidelidad, geolocalización o incluso estación del año. Pasaron del marketing masivo al marketing personalizado y contextualizado.
Esta combinación de estrategia digital con tecnología e inteligencia comercial fue lo que sentó las bases para su siguiente gran salto: la consolidación como una marca nativa digital, sin dejar de lado su esencia relacional.
Uno de los pilares más potentes de esta nueva etapa fue su presencia en redes. Yanbal entendió que, para conectar con la nueva generación de consumidores, necesitaba dejar de hablar y empezar a conversar. Es decir, abandonar la comunicación unidireccional del catálogo por una estrategia digital interactiva, humana y emocional.
No se trataba solo de publicar, sino de crear contenido que agregue valor, que genere confianza, que entretenga y eduque, y que invite a la acción sin forzar la venta directa. Fue así como comenzaron a desarrollar una estrategia integral de social media y contenido multiformato.
Yanbal comenzó a crear contenido específico para estas plataformas, entendiendo sus lógicas, sus algoritmos y sobre todo, el tipo de contenido que conecta con la audiencia en cada red:
Tutoriales de maquillaje cortos y reales, mostrando cómo aplicar productos paso a paso con rostros diversos, sin retoques exagerados ni promesas vacías.
Consejos de cuidado de la piel con dermatólogos, creadoras de contenido y expertas en belleza. Esto generó autoridad sin dejar de ser cercano.
Historias reales de consultoras que se transformaron gracias a la marca, compartiendo su testimonio de crecimiento, empoderamiento económico y superación personal.
Tendencias virales adaptadas al lenguaje de la marca, como challenges, sonidos populares y formatos "antes y después" que generaron millones de visualizaciones.
El resultado fue un contenido altamente compartible y humano, que transformó las redes en vitrinas interactivas y canales de conversión directa.
La marca apostó por microinfluencers y creadores de contenido local para generar cercanía y autenticidad. En lugar de trabajar con grandes celebridades, optaron por personas que realmente usan los productos, los conocen y pueden hablar desde la experiencia.
Según Influencer Marketing Hub, las campañas con microinfluencers pueden tener un 60% más de engagement que las realizadas con figuras famosas. Esta decisión aumentó la confianza y la tasa de conversión de las acciones.
En países como Colombia y Perú, Yanbal se alió con creadoras de belleza, mamás influencers, profesionales de la salud y coaches de imagen. El enfoque fue mostrar los productos en uso real, en situaciones cotidianas, con lenguaje natural y recomendaciones sinceras.
▶️ Impacto medido: Estas acciones dispararon las ventas online en un 120% durante los primeros seis meses del 2021, según el Reporte Anual de Yanbal (2022). Además, la tasa de recompra digital aumentó en un 35% entre las clientas que conocieron la marca a través de estos canales.
Yanbal no se limitó a vender. Entendió que la mejor forma de generar lealtad es aportando valor de forma constante. Por eso, lanzó blogs, videos en YouTube y pódcast donde:
Se explican rutinas de belleza según el tipo de piel o necesidad.
Se enseña a elegir el tono de labial ideal según la ocasión.
Se comparte contenido motivacional para consultoras y emprendedoras.
Se educa sobre ingredientes, tendencias y sostenibilidad en cosméticos.
Este contenido no solo promueve productos, sino que forma, inspira y construye comunidad. Ha sido clave para fortalecer el sentido de pertenencia, empoderar a las consultoras y posicionar a Yanbal como una marca que escucha y educa.
En resumen, Yanbal pasó de tener catálogos estáticos a crear un ecosistema de contenido vivo, donde cada pieza, cada historia y cada publicación está pensada para generar conexión emocional y conversión real.
Uno de los mayores retos fue adaptar el rol de las consultoras tradicionales en un entorno donde ya no era necesario ir casa por casa con un catálogo impreso. Sin embargo, lejos de verlas como una pieza del pasado, Yanbal decidió empoderarlas como protagonistas de su futuro digital.
La transformación de Yanbal no consistió en reemplazar el modelo de venta directa, sino en evolucionarlo. El resultado fue un modelo híbrido donde las consultoras pasaron de ser vendedoras presenciales a convertirse en microemprendedoras digitales, expertas en producto y generadoras de contenido.
Cada consultora puede tener su propia tienda online, con su nombre, fotografía y enlace personalizado. Estas tiendas están integradas al ecosistema de e-commerce de Yanbal, lo que les permite:
Compartir su tienda en redes sociales, WhatsApp, correo electrónico o mediante códigos QR.
Vender sin necesidad de gestionar stock o hacer entregas personales.
Ganar comisiones por cada venta que se realice desde su enlace.
Esta funcionalidad permite que las consultoras escalen sus ventas sin depender del tiempo presencial y lleguen a clientas en diferentes ciudades o incluso países. Es, en la práctica, una franquicia digital gratuita y con el respaldo de una gran marca.
Entendiendo que muchas consultoras venían de un entorno completamente analógico, Yanbal invirtió en programas de capacitación virtual y acompañamiento continuo, con el objetivo de facilitar la transición al nuevo modelo.
A través de la "Academia Yanbal Digital", se ofrecen cursos, webinars y tutoriales donde las consultoras aprenden sobre:
Ventas por redes sociales: cómo crear publicaciones efectivas, usar hashtags, interactuar con seguidores y aprovechar herramientas como Instagram Shopping o Facebook Live.
Copywriting y storytelling: cómo contar historias que conecten con su público y generen confianza.
Marketing de afiliados: cómo utilizar su enlace personalizado para ganar dinero pasivo a través de recomendaciones.
Uso de apps y plataformas: desde configurar su tienda hasta consultar sus comisiones, gestionar pedidos o acceder a materiales promocionales.
Esta formación no solo mejoró el rendimiento digital de las consultoras, sino que fortaleció su autonomía, autoestima y sentido de pertenencia.
Yanbal sabe que el reconocimiento es clave para mantener la motivación. Por eso implementó un sistema de gamificación y recompensas que transforma los logros comerciales en medallas, rankings y beneficios tangibles.
Las consultoras pueden:
Acumular puntos por ventas, referidos, cumplimiento de objetivos o capacitaciones completadas.
Subir de categoría en un sistema de niveles (bronce, plata, oro, diamante).
Acceder a premios como descuentos, productos exclusivos, capacitaciones premium o participación en eventos especiales.
Este enfoque lúdico, que mezcla elementos de juego con metas reales de negocio, estimula la participación, reduce la deserción y refuerza el compromiso emocional con la marca.
En conjunto, estas acciones han permitido que el rol de la consultora evolucione hacia un perfil más estratégico, creativo y empoderado. Ya no son vendedoras del pasado, sino embajadoras digitales del presente y futuro de Yanbal.
Los resultados hablan por sí solos y consolidan a Yanbal como uno de los casos de éxito más impactantes de transformación digital en la industria de la belleza en Latinoamérica:
La tienda online de Yanbal creció un 185% entre 2020 y 2022, impulsada por la mejora en la experiencia de usuario, el trabajo de las consultoras digitales y la estrategia de contenido multiplataforma.
El 40% de sus ventas ya se realiza por canales digitales, lo que representa una transición impresionante para una empresa que, hace menos de una década, dependía casi exclusivamente del modelo presencial y por catálogo.
Su comunidad en redes sociales superó los 3 millones de seguidores activos, con altos niveles de engagement y conversión, gracias a la creación de contenido educativo, emocional y humano.
El nivel de retención de consultoras digitales supera el 70%, muy por encima del promedio de la industria, donde la rotación suele superar el 40% anual. Esto se debe a la combinación de empoderamiento, capacitación, incentivos y sentido de pertenencia.
Pero los números no son lo único que reflejan el éxito de esta transformación.
Yanbal ha fortalecido su marca entre las nuevas generaciones, posicionándose como una opción moderna, accesible y conectada con los valores actuales: sostenibilidad, diversidad, emprendimiento y autenticidad.
Ha mejorado su eficiencia operativa, gracias a la automatización de procesos, la gestión basada en datos y la eliminación de ineficiencias logísticas.
Ha reducido su dependencia del papel, contribuyendo a su compromiso ambiental y reduciendo costos en producción de catálogos, folletos y material impreso.
Además, ha sido reconocida por el MIT Technology Review como una de las empresas líderes en transformación digital en Latinoamérica en el sector belleza, un logro que valida no solo su crecimiento comercial, sino también su capacidad de innovar, adaptarse y liderar.
Yanbal pasó de ser una empresa tradicional a convertirse en una marca data-driven, centrada en el usuario, que sabe combinar la tecnología con el toque humano de su comunidad.
El caso de Yanbal deja varias enseñanzas profundas y accionables para emprendedores, pymes y grandes empresas que están en proceso de digitalización. Su evolución demuestra que la verdadera transformación digital va mucho más allá de tener presencia online. Requiere visión, coherencia y un compromiso real con el cambio.
Muchas marcas creen que subir sus productos a una tienda virtual equivale a transformarse digitalmente. Nada más lejos de la realidad. Digitalizar implica transformar la cultura, los procesos, la mentalidad y el enfoque al cliente.
Es rediseñar la experiencia de usuario.
Es automatizar procesos para ser más eficientes.
Es pensar en omnicanalidad, no en canales aislados.
Yanbal no se limitó a "estar en internet". Rediseñó toda su operación para funcionar de forma ágil, escalable y centrada en el valor.
En lugar de eliminar su red de consultoras, Yanbal las empoderó con herramientas digitales, capacitación y nuevas oportunidades. Entendió que la tecnología es poderosa sólo si se pone al servicio de las personas.
En un mundo de algoritmos, bots y automatización, el factor humano sigue siendo el diferenciador más fuerte. Las marcas que logren combinar escalabilidad con cercanía, van a ganar.
En la era digital, no se trata solo de vender, sino de acompañar, educar, inspirar y conectar emocionalmente. Yanbal invirtió en contenido que responde preguntas, mejora la autoestima de sus clientas, muestra historias reales y empodera a su comunidad.
El contenido es el nuevo catálogo. Pero ahora, es interactivo, emocional y bidireccional. Las marcas que dominen el arte de contar historias y aportar valor serán las que lideren.
Yanbal invirtió en plataformas como Salesforce, apps propias y sistemas de automatización, pero nunca perdió de vista su estrategia: crear una experiencia de marca memorable y centrada en la cliente.
No se trata de usar todas las herramientas de moda. Se trata de alinear la tecnología con los objetivos del negocio, y formar al equipo para que pueda aprovecharla al máximo.
En definitiva, la transformación digital no es un destino, es un proceso continuo. Y como demostró Yanbal, incluso las empresas con modelos tradicionales pueden reinventarse, crecer y volver a liderar si ponen a las personas, los datos y la experiencia en el centro de su estrategia.
La transformación digital de Yanbal no fue fácil ni instantánea. Fue un proceso profundo de adaptación, escucha y evolución. Implicó derribar estructuras antiguas, desafiar creencias arraigadas y reimaginar todo el modelo de negocio. Pero también fue una oportunidad para reconectar con su propósito, modernizar su propuesta de valor y convertirse en una marca relevante para las nuevas generaciones.
Hoy, la marca que durante años fue sinónimo de catálogos y ventas puerta a puerta, es también un referente de e-commerce inteligente, contenido digital emocional y empoderamiento femenino online. Ha sabido unir lo mejor de dos mundos: su herencia relacional con las posibilidades ilimitadas de la tecnología.
Su caso demuestra que transformarse no es traicionar el pasado, sino darle una nueva forma que lo proyecte hacia el futuro. Y que incluso las empresas más tradicionales, si están dispuestas a mirar hacia adentro, escuchar al cliente, empoderar a su comunidad y abrazar la innovación, pueden volver a liderar.
Hoy Yanbal no solo vende productos. Cuenta historias, construye experiencias y genera impacto social. Y lo hace con una estrategia digital que está alineada con sus valores, con su gente y con el mundo que está por venir.
¿Y tu? ¿Ya estás listo para tu propia transformación digital?
Recuerda: nunca se trata solo de tecnología. Se trata de personas, de cultura, de valentía. Porque liderar el juego digital empieza por animarse a cambiar desde adentro.
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